Me llama mucho la atención como gastamos nuestro tiempo buscando “eso” que pretendemos nos haga feliz, así sea por un instante. Después de muchos ir y venir, de caerme y volver empezar, cuando toqué el fondo al que más le temía, entendí que para ser feliz, debes estar dispuesto a todo. Aunque suene extremo, la felicidad no es algo que llega sino que debe ganarse como cualquier campeonato, porque la felicidad es el resultado de un proceso donde te tienes que armar de valor y aprender a amar el proceso, para lograr eso que tanto anhela tu corazón. Para que te decidas a dar el primer paso, te quiero compartir un par de ejercicios para comenzar a entrenarte: 1. Haz una lista con todo aquello que te hizo feliz en algún momento de tu vida. 2. Comprométete contigo mismo a revivir todo lo que encontraste durante 30 días. 3. Arriésgate a vivir y disfrutar. Prohíbo reprocharte. No soy psicólogo ni coach, pero con este simple plan, logré recobrar las ganas de vivir la única vida que tengo. ¿Qué tienes que perder?