Niños y adolescentes que hacen parte de las familias de migrantes venezolanos que han llegado en los últimos meses a Cartagena están siendo focalizados con el fin de evaluar sus condiciones y de esa manera brindarles el apoyo que necesitan.
Esto hace parte de una apuesta que la Fundación Dignitas por la Vida adelanta inicialmente en las comunidades de El Pozón y Ciudad Bicentenario con el propósito de contribuir a mejorar la calidad de vida de decenas de niñas, niños y adolescentes que llegan a la ciudad en condiciones difíciles, careciendo de aspectos esenciales como alimento, educación y atención psicosocial, frente a una problemática que vive su país de origen y en la que ellos resultan ser víctimas.
“Nuestro propósito es llegar a estas zonas donde se encuentran asentadas decenas de familias provenientes del vecino país para focalizar a las niñas, niños y adolescentes que requieren inicialmente atención psicosocial, luego bridarles las oportunidades que les han sido negadas por su éxodo a este país, tales como educación y salud, entre otras. De esta manera, contribuir a mejorar sus condiciones con el apoyo de las demás entidades tanto públicas como privadas que están interesadas en apoyar a esta población”, aseguró Quelis Rodríguez Zúñiga, directora general de la Fundación Dignitas.
Esta apuesta se desprende de un proyecto denominado Protección de niñas y niños migrantes, donde también están participado otras instituciones como universidades y fundaciones, quienes han apoyado en el trabajo de campo realizando los diagnósticos con las familias.
“Queremos que más organizaciones se sumen a esta iniciativa y de esa manera le brindemos el apoyo que necesitan estas niñas y niños, quienes están siendo afectados por la difícil situación que pasan sus familias. Con ellos estamos trabajando atención psicosocial enfocado en el tiempo libre. También se les está brindando apoyo para que puedan acceder tanto a la educación como a la salud. Todo esto con la ayuda de las entidades competentes en la ciudad y el departamento. Pero se necesita que muchas más organizaciones se sumen a esta iniciativa”, enfatizó Rodríguez Zúñiga.
Muchas de estas familias están viviendo con otros familiares y amigos colombianos, las demás están hospedadas con personas generosas que les brindan posada mientras consiguen un lugar donde habitar; pero casi todas se encuentran en condiciones de hacinamiento, careciendo de los recursos y aspectos esenciales para su supervivencia.